16 Mar El Museo Singular. Concurso
El MACVAC Museu d’Art Contemporani de Vilafamés en colaboración con la Asociación de Escritores de Castellón, convocó el concurso de microrrelatos “El Museo Singular” para celebrar el inicio de su andadura, hace ahora 50 años.
El jurado, compuesto por Mari Carmen Castillo, Pedro Gómez, Desirée Ruiz, Miguel Torija (AEPC) y Rosalía Torrent (MACVAC) ha fallado los siguientes ganadores:
1.- Andrés Cillero Dolz. Galleta, 1970.
Estación central
Uno de 50 a primera hora de la mañana venía a dar al traste con la reserva de monedas, pero el negocio no estaba para melindres, como decía constantemente el jefe, y además el cliente, bastante apurado aunque amabilísimo y con una enorme mochila al hombro, tenía que comprar el billete para el tren de no sé qué hora que iba a algún destino en la periferia. Y yo, que afrontaba con serenidad la mañana previa a mis vacaciones, no solamente acepté y le serví su café sino que además le ofrecí, a cuenta de la casa, una galleta que se guardó seguramente para más tarde. Ambos nos sonreímos al separarnos, él para ir a la ventanilla y al andén, y yo para acercarme al banco a por más cambio, aprovechando que ya todos los viajeros se agolpaban en el apeadero para ir al trabajo. Luego vino lo de la explosión y todo aquel desconcierto.
Reconozco, señoría, que al salir de la sucursal, me extrañó volver a encontrármelo de frente, fuera de la estación, mordisqueando con inquietud la galleta y ya sin la pesada mochila al hombro.
Autor: Juan Manuel Sánchez Moreno
2.- Manuel Hernández Mompó. Calles de una plaza, 1965.
Ya que el pincel dibuja la magia en el lienzo, cerré los ojos con el deseo de acabar en un mundo al óleo, entre calles y plazas de una pintura, que colgaba frente a mí, en la pared del museo. Cuando mis párpados se apartaron, descubrí que formaba parte de un lugar ilusorio de calzadas y aceras difuminadas entre paredes marcadas por los trazos del artista. El esbozo de una anciana sonrió y me ofreció una rosa que se adivinaba más nítida que el resto de imágenes. Acepté el regalo, olía a pintura y a flor a la vez. A continuación me adentré en un espacioso rectángulo que asocié de inmediato a una plaza. Sobre un suelo de blanco roto, entre un colorido contorno de rasgos de edificios y formas, una mujer joven, con un carro y un bebé pasó junto a mí… Pero una luz cegadora me obligó a cerrar de nuevo la vista y, sin quererlo, regresé al museo. Miré el año del cuadro, 1965, el de mi nacimiento. Nunca supe si aquello fue verídico o imaginario y si, tal vez, el recién nacido era, en realidad, mi retrato… pero la rosa apareció en mi mano.
Autor: Roberto Monzó
3.- Vicente Traver Calzada. Las Meninas, 1981.
Al obrir la porta el primer que note és… com un fort olor a… cartró.
– Hola? Puc passar?
Ningú piula, però sí escolte cap al fons un murmuri. A més, la sala està tan obscura, que encara jo ceg per la llum exterior de la que arribe, pràcticament no veig res.
Just al temps que vaig a endinsar-me escolte:
– Si el que vols és pintar alguna cosa…? Ja et pots oblidar!
Entenc que no és a mi; de fet, ja veig un poc millor i hi ha un grup de joves que miren cap al fons. Així doncs, i sense escoltar cap altra paraula, avance.
Ara ja puc observar allò que tots miren fixament.
– I que et quede clar: si et dic calla; a callar! Si et dic fora; ni replicar!
L’escena em causa repudi. És Felip qui està cridant a Mariana. De tarannà dolent, amb caires pretèrits i una actitud repulsiva, les feridores paraules pareixen no tenir final:
– Ací mane jo!
La ràbia, em pren; el fàstic, em revolta; la pell, s’eriça… No ho pense i obrint-me pas entre la gent… Me n’adone que tots cauen al terra… Tots, són, només, siluetes doblegades de cartolina.
Autor: Antonio Mechó
4.- Maria Dolores Casanova. Historia de Inglaterra, s.d.
Si, como yo, llegas a Inglaterra para escapar del horror, verás cada lugar como si una explosión de color y de alegría lo invadiera. Cuando pase el tiempo te darás cuenta de que todas las estaciones son extremadamente grises, sobre todo en la ciudad, pero eso ahora no importa.
Si, como yo, entras a trabajar en una gran casa de alguien importante, aprenderás rápido que las normas son como leyes sagradas, igual que la hora del té. Siempre impecable, siempre discreta, siempre servicial. Ver, oír, callar. Y descubrirás infinidad de cosas importantes para ellos: la reina, la bandera, los caballos, las formas, las herencias y los concursos de jardines.
Si, como yo, eres un espíritu libre que siempre es encerrado, te diré que hay formas de volar, de ver millones de colores aunque las nubes oscuras lo cubran todo. La soledad solo te invade si se lo permites.
Si, a diferencia de mí, conoces la historia de Inglaterra, cuéntamela. Y yo te contaré la mía.
Autora: Cristina Sebastiá
5.- Gabriel Cantalapiedra. Composición, 1987.
Ondas. Concéntricas y expansivas. Invisibles y presentes a la vez. Aquellas que pueden tornar la rectitud en puro movimiento.
Movimiento. Algo que cambia la realidad con la tranquilidad de formar parte de ella.
Oscilaciones, tan cercanas que producen vibración.
Vibración. Más larga, más corta, más rítmica, o tal vez aleatoria. La cadencia que acaba
constituyendo el sonido.
Sonido. Belleza.
Autora: Cristina Sebastiá
6.- Teresa Cebrián. The Hermits, 1991.
Había en el bosque un claro sagrado, un lugar donde los árboles se apartaban y los sustituían largos montículos que semejaban gigantes dormidos. Se decía que eran los ermitaños, unos seres enormes que habitaron cientos de años atrás y que protegían la naturaleza. También se decía que no murieron, sino que, en determinada ocasión, quedaron recostados sobre la hierba y se fusionaron con el paisaje que tanto habían amado.
Quizás sean cuentos de hadas. Quizás los montículos solo sean antiguas casas de una pequeña aldea aislada, o incluso caprichos de la tierra. Sin embargo, ¿qué perdemos por soñar con los ermitaños?
Autora: Cristina Sebastiá
7.- Juana Francés. Oficina nº4, 1983.
Y desde allí me observaba, desde la oficina número 4, a través de la ventana. Encerrado,
encerrado como tantos otros lo hacemos día a día entre cuatro paredes frías y el vacío.
Su vida se había vuelto monótona, su persona parecía haber sido sustituida por otro ser que se había apoderado de su cuerpo. Un ser mecánico, siniestro, oscuro, que al mirarme me transmitía gran inquietud amenazándome con acabar como él, privada de toda libertad.
Condenada a transitar entre esos muros con el único entretenimiento de mirar a través del frío vidrio a los viandantes y, quizá, algún día acechar a alguno prometiéndole cambiar los
papeles como un día me los cambiaron a mí.
La cárcel moderna, tan libres y a la vez tan condenados. Tan recluidos en nuestras modernas celdas de ladrillo y cristal. Tan solos, tan perdidos.
Autora: Nerea Bella García
8.- Maria José Ricós. S/T, 1987.
Había dos cajas. Dos cajas largas divididas en dos secciones. Cada sección tenía diversos rollos, similares a pergaminos, muy parecidos entre ellos. Pero, aunque cada caja era semejante a la otra, no eran copias exactas.
Era sutil, la diferencia, aunque notable. Las marcas de los pergaminos eran individuales y únicas, cada cosa se empeñaba en tener una personalidad concreta que impedía que las cajas fuesen clones la una de la otra.
¿Y por qué ser iguales? La similitud es la base de la diferencia, el libre albedrío nos guía de forma que, aunque creamos ser cajas idénticas colocadas al lado, la exclusividad forma parte de nuestro ser.
Autora: Cristina Sebastiá
9.- Elvira Alfageme. S/T, 1973.
Qué maravilla esto de la ciencia. Desde que compré el cubo de las emociones soy otra persona. Lo encargué por internet y lo trajeron al día siguiente. Me costó algo caro pero es la mejor inversión que he hecho. He dejado el Orfidal. Cuando me dan los nervios los meto en su compartimiento amarillo y se acabó. La rabia la guardo en el rojo. A ver si pido uno adicional. Para las decepciones tengo varios de color blanco, según de qué tipo sean: amorosas, laborales, de amistad o literarias. El rosa lo tengo para las risas. Está algo vacío, lo tengo que llenar más. Los recuerdos dulces los tengo en el verde, por aquello de la esperanza de que algún día vuelvan.
Autora: Sara Nieto Yuste
10.- Ricardo Bastid. La huida, 1953.
—¿Qué nos espera ahora?
Era la voz de mi mujer la que había interrumpido el último parte de guerra. La miré. Estaba pálida; nuestra hija mayor también. “… En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares…”, acababa de decir la vieja radio de galena.
—El azar nos hizo rojos —dije después de meditarlo a conciencia—. La huida… eso es lo que nos espera.
Partimos al alba, con las caras maquilladas de angustia y espacio en los brazos para un exiguo equipaje; nuestro pequeño, acurrucado en el regazo de su madre, y un saco con comida para los primeros días.
Autor: David Lizandra
El MACVAC y la AEPC felicita a los premiados y los convoca a la celebración del Día Internacional de Museos el próximo 18 de mayo a las 12 horas, para hacer entrega de los premios.
Agradecemos a todos los participantes el interés por colaborar en nuestra celebración.
BASES
TEMÁTICA: los microrrelatos deben ser una obra literaria original e inédita que versará o tomará como fuente de inspiración la obra y/o el/la autor/a propuesto/a.
PARTICIPACIÓN: cada participante puede presentar cuantos microrrelatos desee sobre una o varias de las obras propuestas, escritos en valenciano o castellano, y siempre que éstos se ajusten a las bases del concurso en cuanto a su temática, originalidad, extensión y fechas de participación. Los microrrelatos serán remitidos al correo gestion@macvac.es indicando en el asunto El Museo Singular y en el cuerpo del mensaje el título de la obra a la que hace referencia y su nombre y apellidos.
FECHAS: sólo se aceptarán como válidos aquellos microrrelatos enviados entre el 1 de abril y el 2 de mayo, incluidos ambos.
EXTENSIÓN: todos los participantes escribirán sus microrrelatos sobre una o varias de las obras propuestas por la organización, sin exceder las 200 palabras.
PREMIOS: Se concederá un premio para cada una de las 10 obras propuestas según el veredicto del jurado, consistiendo éste en el nombramiento del/la ganador/a como Amigo/a del MACVAC durante un año natural desde el 18 de mayo de 2019 (entrada gratuita al museo para el/la premiado/a y acompañante, regalo de lote de publicaciones e invitación a todas las actividades anuales) y la exhibición del microrrelato con su nombre impreso junto a la obra original a la que hace referencia.
COMUNICACIÓN SOBRE LOS/AS GANADORES/AS: Los/as premiados/as recibirán el veredicto del jurado a través de un mensaje electrónico antes del 15 de mayo de 2019. Además, ese día también se publicarán los microrrelatos en las redes sociales del MACVAC.
DIFUSIÓN DEL CONCURSO Y USO DE LOS MICRORRELATOS: se elaborarán noticias y se difundirá la información referida al concurso y los microrrelatos de los participantes en la web del MACVAC y en sus perfiles en distintas redes sociales, así como notas de prensa y otros elementos de comunicación tradicional, pudiendo emplearse los microrrelatos participantes en el concurso para la promoción del Día Internacional de los Museos, el programa de actividades que el MACVAC desarrollará ese día y cuantas otras acciones relacionadas con la organización se estimen apropiadas.
ENTREGA DE PREMIOS: Los premios serán entregados el 18 de mayo de 2019 durante la celebración del Día Internacional de los Museos en el MACVAC.
JURADO: El jurado de este concurso está compuesto por una selección de miembros de la Asociación de Escritores de Castellón y del MACVAC.