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Martí Ferrer, Miguel

Martí Ferrer, Miguel

La visión de lo cotidiano que nos ofrece la pintura de Marti Ferrer tiene un encanto especial. Por un lado destaca un carácter atemporal: en sus plazas, en sus fiestas o en sus calles parece que el tiempo no existe. Todo esta quieto, inmóvil, como si el reloj se hubiera detenido un mediodía para mostrarnos un instante de la vida de las cosas. Y hago énfasis en las cosas porque en los cuadros de Marti Ferrer estas son mas importantes que las personas. Parece que las pequeñas figuras humanas solamente están representadas para dar coherencia del mundo que las rodea. Marti Ferrer nace en Castellón y de su mundo mediterráneo emplea la luz. La claridad es otra característica esencial en estas telas. A veces alguna sombra parece indicar con discreción que la luz viene del sol, pero no es verdad. La luz esta en los colores elegidos y en el mundo del pintor. Un mundo que visto a través de los pinceles parece irreal. Es un universo sin maldad, pacifico, sencillo que se nos ofrece como el deseo del artista en su búsqueda del lado bueno y amable de la realidad que nos rodea. No es una visión infantil ni inmadura la que nos presentan los cuadros de Marti Ferrer: Es la representación de la Arcadia feliz que todos llevamos dentro.

Texto: R. Castán.

Año: Castelló, 1931

OBRAS

Título de la obra: Balcones

Año: 1989

Medidas: 38 x 56 cm

Técnica: Óleo sobre lienzo

Tipología: Pintura
Inventario: 311